domingo, 25 de febrero de 2018

REPORTAJE.



 LA BAHÍA DE HALONG, UN LABERINTO EN PLENO MAR
CASI TRES MIL ISLAS E ISLOTES CONFORMAN ESTA BAHÍA , POBLADA POR PESCADORES Y LEYENDAS
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          La bahía de Halong tiene numerosas grutas que sirven de refugio para las familias de pescadores


La república socialista de Vietnam es una franja de tierra bañada por el mar de China con una población de 92 millones de personas, siendo una de las superpoblaciones mayores del planeta. Por ello, visitar la bahía de Halong supone trasladarse a un entorno más aislado y tranquilo pues la única forma de visitarla es en barca. Algunos hallazgos recientes nos muestran la existencia de una cultura Halong que se remonta a finales de la época neolítica.


El arenal de Bai Chay no se corresponde con la imagen idílica de anuncios y revistas. Un oleaje tranquilo remueve las basuras de la playa, donde las pieles de naranjas, piñas y plátanos van y vienen haciendo dibujos en el borde del agua. Hay muchas mujeres que destripan y descaman pescado con grandes cuchillos y los hombres tiran de las cuerdas de sus barcas hasta dejarlas aseguradas en la arena. Es difícil vagabundear sin que los alegres marineros te hagan señales continuamente con la mano para que subas a bordo de sus embarcaciones para dar un paseo por la bahía de Halong. Finalmente un espabilado joven me convence para embarcar en su nave y partir para una excursión de dos días.
La primera panorámica en la bahía es la de cientos de velas coloridas aunque de aspecto sucio y pescadores vestidos con traje tradicional y sombrero de paja en forma de cono. El agua es de un color azul cristalino y en el horizonte una cadena de montañas marrones y verdosas que amenazan con cerrarnos el paso.
NO HAY NADA QUE TEMER
Ya no quedan  minas de guerra en Halong , pues la bahía fue limpiada por el ejército norteamericano, que fue quien las había echado anteriormente en 1973. Por lo tanto , no hay nada que temer, aunque los pescadores todavía encuentran con sus redes alguna bomba. Lo que si se debe temer es Tarasque. Es la bestia marina que según las leyendas locales habita en las turbias aguas de la bahía de Halong.  No es fácil ver a Tarasque, pero la población local cree a ciegas en su existencia y muchos dicen habérsela encontrado. Su aspecto es el de un dragón acuático y no solo devora a la gente, también la mata, y además es el responsable de estos 3.800 kilómetros cuadrados de montañas de piedra. Su nombre significa el dragón que se introduce en el mar.
UN ESPECTÁCULO EN PIEDRA
Halong está formado por casi tres mil islas e islotes de diferentes tamaños, que forman un laberinto de piedra a tan solo una hora de navegación de Bai Chay. Destacan las islas de Canh Cuonc al norte y Cat Ba al sur. Es un parque nacional con diferentes ecosistemas, desde selvas tropicales a lagos de agua dulce. Destacan el manglar litoral y los arrecifes de coral, que son frecuentados por numerosos delfines. Entre la fauna de la isla podemos encontrar monos, jabalís, ciervos y ardillas y también muchas aves acuáticas, reptiles y anfibios.
Hasta el siglo pasado fue guarida de piratas chinos y vietnamitas, pero actualmente la población se dedica a la agricultura y la pesca. Con el desarrollo del turismo, los habitantes han empezado a alquilar motoras para las visitas turísticas, también empieza el alquiler de alojamientos privados, restaurantes y chiringuitos de comida. La visita a la isla dura alrededor de seis horas.
En la bahía de Halong son famosos los cormoranes, esas aves que entran al agua como misiles quedando sumergidas durante muchos segundos, y quedan flotando durante horas en la superficie a muchos metros del lugar donde se habían hundido. Es un ave muy confiada y dejan que los barcos se acerquen hasta ellos. En el agua queda reflejada la sombra de las gigantes rocas con sus altos picos que en algunos casos superan los treinta metros, proyectan sombras alargadas y mantienen las verdes aguas libres de la luz del sol. Aunque todas las islas e islotes se parecen entre sí, cada uno es peculiar, con su propia forma, sus diferentes árboles y sus plantas que cuelgan. Muchos de ellos tienen arcos excavados por las olas, pero al fijarse en ellos se pueden observar las barquitas de los pescadores que se esconden a la entrada de los túneles. Son muy frágiles, construidas en cestería y bambú seco, con dos remos rectangulares. Los pescadores prefieren esconderse en esos lugares porque los peces no distinguen bien la sombra de la barca y van confiados hasta sus redes. Una de las famosas cuevas a las que dan entrada estos arcos, se llama Hang Dau Go o “cueva de las maravillas”, cubierta de estalactitas y con un agua de un verde jade. Cuevas como esta sirven de refugio para las familias de los pescadores que pasan largas temporadas en Halong sin tener que volver a tierra. Los niños corren jugando y haciendo sonar el eco de sus voces en las cuevas, y las mujeres tienen pequeños fuegos en los que cocinan mientras los hombres arreglan las redes de pesca. Estas viviendas tienen una sola habitación casi sin mobiliario y en las que hacen toda la vida: comer, recibir visitas, dormir... . En ellas nunca faltan los pequeños altares a los antepasados.





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Los vietnamitas se caracterizan por su gran amabilidad y por ello nos invitan a comer en su sencilla cueva. Una mujer viene con una bandeja cargada con un cuenco y un par de palillos para cada uno, y para compartir una gran palangana de plástico llena de arroz blanco y una fuente de pescado recién capturado por el padre. De postre nos ofrecen rambutanes, una fruta redonda, rojiza y peluda.
A pocos kilómetros de este paraíso, las grandes ciudades se transforman a gran velocidad luchando por mantener sus tradiciones pero conviviendo con la modernidad que está transformando a este ancestral dragón.

Fuentes de información:



MARIAM GRIOUI 3ESOB

PRACTICE 7. HUMAN SENSES

During our last practice of lab this year, we did an experiment detecting the different human senses. We had to do some as taping our nose a...